Las palabras que digan lo demás

Ya han pasado 2 meses desde que te fuiste, y te extraño.
Me falta tu voz todos los días, y tu cariño y tu olor.
Pero se que debías irte, que tu dolor era demasiado, y que la maldita enfermedad te ganó finalmente después de tu enorme lucha. Es terrible pensar que el cáncer te ganó, pues siempre te ví como una mujer invencible, y frente al diagnóstico de cancer en noviembre de 2005, nunca pensé que terminaría con tu muerte.
Pero ya no estás y me haces falta.
Mamá, he soñado mucho contigo, casi todas la noches me sucede, estás a mi lado, en todas mis actividades, pero te veo enferma. Ya no quiero verte así, no quiero verte sufrir más, no quiero temer a tu muerte todas las noches, por que ya te fuiste y ya sufrí esa perdida horrible, y ya creo que es tiempo de que te recuperes. Necesito verte bien, contenta, sin dolor, sin miedo.
Tu enfermedad y muerte ya fueron lo suficientemente terribles para tener que vivirlas cada noche en mis sueños. Por favor mamita, recupérate, ríete sin enfermedad, te amo y te extraño, y necesito saber que estás bien donde estés.